KALIKA

EL CUENTO DE "EL DIABLO BUENA PERSONA"   (VI )

SUS SUEÑOs Y SU DESPERTAR

            Sueña con un niño débil 

que a todo el mundo perdona.

Sueña que cuando este crece

el amor sólo pregona.

Sueña que por liberarnos

con espinas le coronan

y sueña con una madre 

que al pie de una cruz llora.

                    Sueña el diablillo con hechos que bien conoce, no del agrado suyo y menos de sus jefes rebeldes. La locura le traiciona y encuentra la paz entre los contradictorios y efímeros sueños de los otros, de los que están enfrente de él, hasta que vuelve a la realidad.

            Despierta sobresaltado,

vuelven de nuevo las sombras,

se gira con impaciencia

y descubre allí a la moza,

que con su cabeza baja

continúa con su ora que ora.

Quiere verla más cerca,

ver ese rostro que añora,

le levanta la cabeza

y una calavera asoma.

                    ¿Demasiado para un aprendiz de diablo, verdad? - me interroga Kalika. Yo asiento con la cabeza, porque me empieza a caer bien el diablillo.

            Retrocede temeroso,

viendo que el cráneo se torna

en rostro de Lucifer,

aquel de mujer hermosa.

                    Menuda faena la de su mandamás, ¿no crees? - comenta Kalika con evidente enojo.

            Al tiempo que su silencio

una risa tenebrosa

rómpelo, y sus restos

con el fuego se transforman,

dejando como residuos

cenizas muy ponzoñosas.

                    

                    Ruin proceder el de Lucifer, ¿no te parece? Así no va ser posible que ningún aprendiz llegue a la categoría de diablo y es que por lo visto en los infiernos eso de la competencia también preocupa. Vamos, que pasa como en la Tierra en los avernos, en las cuestión de las oposiciones, que no sabe uno si es mejor que sean convocadas o no y si se deciden por lo primero es una gaita que queden plazas sin cubrir. Con la falta que debe haber de diablos, a los pobres aspirantes se lo ponen muy difícil, por lo que pienso que en ambos casos constituyen una tremenda injusticia, una auténtica canallada y una magistral diablura, nunca mejor dicho.

            El ángel sin darse cuenta

vuelve junto a la madona.

Alguien le está protegiendo,

¿Será la dulce señora?

Levanta sus ojos a ella,

Madre y niño le perdonan.

Una cruz con cinta azul

en su cuello le colocan,

para defenderlo siempre

de los riesgos que le agobian.

                                                  El Viso del Alcor, 4 de Abril de 2025