196 .- LOS SASTRES DE LOS FANTASMAS
CAPÍTULO SÉPTIMO
Perdida noción del tiempo
y al oscuro acostumbrada,
una noche bien distinta
se desatan las alarmas,
una tenue claridad,
poco a poco, allí llegaba;
ella todo temerosa,
el suyo silencio guarda,
mientras que los animales,
junto a ella, montan su guardia.
Con el pasar de segundos,
aquella luz se agrandaba,
hasta que extraña figura,
como sombra se dibujaba
en la pared de la cueva,
donde la joven penaba.
Un jovencito morisco
que de la justicia escapa,
encontró aqueste refugio,
en huida desesperada,
donde busca salvación
después de muchas jornadas
de vagar sin rumbo fijo.
con la muerte a sus espaldas.
al contemplar esa estampa,
de aquella hermosa doncella
y de alimañas, rodeada,
nutrida jauría bien presta
a endosarle dentelladas,
a no ser por ese fuego,
que hace guardar las distancias.
El joven pronto descubre
la suplicante mirada
de la dama, con grande ansia,
de cadenas, ser librada.
Olvídase de las fieras,
la tea en rincón, el dejara,
y con ardor, busca romper
las cadenas que la ataban
a aquella húmeda pared.
donde la muerte esperaba.
El Viso del Alcor, 3 de Junio de 2024
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