jueves, 4 de mayo de 2023

RETAZOS DE UN AÑO, 1989, DÍA A DÍA

Sábado, día 26 de agosto

                COINCIDENCIA, AUNQUE ME LO TEMÍA

         No sé si el dicho será así o no, pero en el fondo su sentido sí que lo es: “Cada cual en su casa y Dios en la de todos”. Con qué facilidad se dicen las cosas; claro que, el Señor no molesta ni incordia, ni aumenta el gasto ni el trabajo; aunque sí nos puede hacer pensar a la vista de como somos y actuamos, cosa que fácilmente en el mundo que nos ha tocado vivir nos permite alejar de nuestra mente, porque no es oro todo lo que reluce y por aquello también de que  del dicho al hecho hay un buen trecho. Que cada cual prefiere su casa parece evidente, pues así nadie rompe tu intimidad ni tú la del vecino. Bueno, así debía de ser, lo que no siempre se consigue; sobre todo, si te toca un vecino que no sabe o no quiere saber de dichos ni de refranes.

       Y cuando el número de moradores se duplica con el aceleramiento del trabajo la multiplicación del gasto, la ausencia de detalles, etc., etc., se da o también se origina una alteración de la “adrenalina”, que de alguna forma tiene que brotar, salir a flote, y entonces cualquier menudencia puede ser el detonante que hace explosionar la bomba de la histeria.

         Posiblemente fuera una coincidencia, pero de verdad que me lo temía; por ello, mantuve la calma y no fueron dos las bombas que explosionaron.  Claro que tal esfuerzo te deja secuela durante casi todo el día y nuevamente volver a empezar. Siendo lo peor fue  que todo se originó por “quédate aquí o allí”·, porque comida había de sobra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario