Sábado, día 15 de julio
LOS
CONTRASTES DE LA FIESTA FLAMENCA DEL NUEVO “SEÑORITO” Y DE LA MISA DE CAMPAÑA
DE LA FIESTA DEL CARMEN
Me encontré fuera de lugar en toda
la noche. La seriedad extrema no encajaba con aquellos personajes, por lo menos
la que se quería conformar en torno al cante hondo. Sólo cantaores de la
localidad, que lo intentaron todo, moviéndose entre lo aceptable y lo ridículo,
sin olvidar hasta el “chocheo”, sin
ningún ánimo peyorativo hacia él, del que pudo ser algo en este mundillo tan
peculiar y que no se resiste a ya no ser nadie, nada más que y esto sí que es
admirable, que con un montón de años sujeto ahora a un bastón y tratando de
convertirse con su osadía en un niño de noventa años bien cumplidos. Las risas
cortadas de chiste fáciles que pueden mosquear a alguien. Las niñas que bailan
para el anfitrión a cambio de una miseria, con el beneplácito de los padres de
algunas. Los que al igual que yo y por otros motivos estuvieron fuera del ambiente. Las bromas en
torno al comer y el beber y las críticas indirectas a determinados asistentes.
Los “pinitos del señorito” y su consumo de algo tan antagónico con una juerga
flamenca, como es el “champagne”.
Todo pudo quedar encerrado en los
continuos esfuerzos por evitar un bostezo, cosa que siempre no pude contener.
Y el contraste de la mañana fue motivado por una misa de campaña que organizaron en la Barriada del Carmen y que fue ofrecida por un carmelita de Antequera, Fernando de nombre y de apellido Cristo, como señas de identidad, y con una habilidad extraordinaria para conectar con la gente, especialmente con las mujeres y niños, por medio de un lenguaje sencillo y preparado, seguro que repetido, bien aprendido y no por ello también sentido. Acontecimiento en la barriada y que contrasta con otras ediciones de esta fiesta, por aquello que dicen los lugareños de que esta barriada es donde hay más comunistas del pueblo.
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