Anoche, no sé si fue una ensoñación la que me produjo, al contemplar a Cabalgata de REYES MAGOS de nuestro pueblo, o una acumulación o cascada de recuerdos placenteros, los que me condujeron a una emoción que no había vivido con anterioridad, que, y no me avergüenzo de ello, me llevaron a un vanidoso orgullo de haber contribuido a dar vida, junto a mi repetido y un grupo de locos, a esta maravillosa realidad que es nuestro Cortejo de la Ilusión y de que mis ojos se anegaran de lágrimas, estando ya en soledad, dejándolas correr.
Nadie me acompañaba y mi repentina alegría pronto acabó con mi silente e infantil, ya cerca de esta vejez que me acompaña, llanto.
Y me encontré en el recuerdo con Campano y el Chapu, que me hicieron sonreír; con algunos Reyes que ya se nos fueron al cielo para siempre y que me niego a olvidarlos; con aquellos otros que ya no están con nosotros, auténticos artistas y artesanos de la ilusión, siempre con el ropaje del anonimato, que contribuyeron a que esta semilla nuestra y de todos ellos, diera su fruto, con su única y sana intención de hacer felices a su gente, a todo un pueblo, que siempre acudió a su llamada.
Y se me aparecieron, como un fogonazo, los que con verbo nos contaron las excelencias de NIÑO que en su humildad y bondad infinita cambió la historia del mundo, integrando un enorme nómina de Voceros de esta extraordinaria efemérides de Magos venidos de lejos, pero de una cercanía mágica, inacabable y reiterada, n el tiempo.
Y tuve la feliz impresión de que esos otros locos de ahora, los que cogieron el testigo de aquellos ya añejos años, fabricantes nuevos de ensueños, están empeñados en que el Ateneo siga vivo, vivísimo, con diagnósticos de buena salud por los sabios del lugar, y que nuestros infantes de hoy y del futuro no tienen que preocuparse en años venideros de que aquel sueño de los vetustos "majaras" de entonces, ya se han convertido en una, quepa aquí la exageración, realidad casi interminable...
Posdata.- Gracias a los protagonistas del Cortejo Real, por regalarnos su belleza, la originalidad de sus vestiduras y su generosidad; mil gracias a los organizadores y trabajadores artesanos del Ateneo y al pueblo por su cívico comportamiento, a la aportación del Ayuntamiento y a sus trabajadores, a los animadores de la fiesta, a Canal 12, a los tractoristas por su siempre desinteresada colaboración, a los niños y mayores que en las diferentes carrozas y pie disfrutaron como "enanos" y gracias al Niño-Dios porque todo transcurriera sin incidentes importantes.
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