Los besos que tu me diste
nunca calmaron mi sed,
veneros de agüitas turbias
fueron para mi beber.
Las miradas de tus ojos
se perdieron en el aire,
desde entonces yo las busco
por las tierras, por los mares.
Las risas de tu boquita
son canciones encendidas,
que van prendiendo en las almas
mil fuegos de brasas vivas.
Tus andares son, mujer,
olitas de mar serena,
no dejes de caminar
para que la mar no muera.
Tus manos de seda tienen
los duendes de la belleza,
¿Quién pudiera recibir
las suaves caricias de ellas?
Hechura de Venus clásica
encierra tu bello cuerpo,
quisiera morir contigo
en un loco abrazo eterno.
El Viso del Alcor, 7 de Enero de 2023
No hay comentarios:
Publicar un comentario