REFLEXIONES VIVIDAS DURANTE TODO ESE TIEMPO QUE NO DESEAMOS QUE QUEDEN EN EL MÁS TRISTE DE LOS ANONIMATOS; PIDIENDO DISCULPAS POR NUESTRA OSADÍA.
INTROITO
PROMESA GRANDE.
Cumplir lo prometido es signo inequívoco de ser hombre cabal; cumplir promesa a un año vista, es tarea difícil, es arriesgado ejercicio con demasiado tiempo por delante para cumplir o incumplir lo prometido.
El largo tiempo, las ganas de alcanzar la meta, las dificultades a encontrar en el camino, la entereza diaria, las obligaciones de abuelo jubilado, la salud, el buen estado del ordenador (ventana y almacén de todo lo por escribir), las seguras pequeñas faltas, desganas, descansos y otras incidencias menores, jugarán en contra de este experimento, de esta incruenta aventura literaria.
Si no llego al final, si me quedo en fracasado escribano o descarriado escribiente, incumplidor de promesas, me ocultaré en el limbo de los alicaídos incumplidores, resignado a renunciar a nuevas promesas. Si llego al final, si logro alcanzar y pasar la meta de lo prometido, sentiré el orgullo de cumplidor y me permitiré lanzar a los aires visueños, silentes vítores y calladas loas de triunfador, aunque para nada me sirvan.
¡A por ello!
El Viso del Alcor a veintitrés de mayo de 2018.
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