Domingo, día 1 de enero
MEJOR OLVIDAR
No soy supersticioso porque eso trae mala suerte, ni
gitano para desear no comenzar bien el año, pero de verdad que es una “coña”
empezarlo de esta manera: febril, con una resaca no de juerga, con una tos que
parece desgarrarte la garganta y con el cuerpo como si te hubieran dado una
buena zurra.
De todas formas el trancazo gripal ha evitado el posible
e inevitable del fin de año y siempre motivado por el exceso de alcohol y la comida
copiosa, sin olvidar la de la ritual euforia con el intento mental de enterrar
lo funesto de otro año que ya no tenemos, porque se nos fue, y la ilusión y el
deseo repetido de encontrar lo mejor en el que se nos viene encima.
La superstición no es buena, aunque la enfermedad tampoco
sirve de nada y lo del gitano tampoco me lo creo.
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