Seguimos con los poemas de días atrasados
82 .- MISTERIOS
Misterios tiene la vida,
guardados sin gran misterio,
unos son extraordinarios,
otros, bastante pequeños.
Hay misterios en los aires
que rodean nuestros cuerpos,
que todo llenan y ocupan
y que no podemos verlos.
Hay misterios en las luces
que vienen del firmamento,
que se encienden y se apagan
en cotidiano concierto.
Hay misterios en las aguas
que siempre se están moviendo,
que corren, saltan y vuelan,
en cíclicos movimientos.
Hay misterios escondidos
en las llamas de los fuegos,
bailarinas de mil formas,
flores de cálido aliento.
Hay misterio en las palabras
y en los grandes pensamientos,
que se evaporan y mueren
con el transcurrir del tiempo.
Hay misterios en los mares
y en los caminos del cielo,
que en soñadas aventuras,
casi todos, recorremos.
Hay misterios muy profundos
ocultos en los silencios,
que guardan mil poesías,
que encierran ingratos miedos.
Hay misterios en las mentes,
coleccionistas de sueños,
incansables inventoras
de múltiples sentimientos.
Hay misterios insondables
en el caprichoso tiempo,
reloj que marca infalible,
el ocaso de los cuerpos.
Los misterios se pasean,
sin dar cuenta al pregonero,
por las grandes catedrales,
por los castillos de cuentos,
por las amplias avenidas,
por los caminos estrechos
por los hermosos vergeles,
por los cálidos desiertos.
Y no hay rincón de la tierra,
ausente de los misterios,
de sus amplias correrías,
de sus morbosos alientos.
Abiertas de par en par,
las puertas de los misterios,
permanecen día y noche,
en este solar terreno,
para castigo y placer
del hombre, que es su gran dueño.
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