ANDALUCÍA
Hoy comienza la incruenta batalla de la campaña electoral, donde la sangre no llega al río, donde sólo las palabras, voceras de los políticos de turno, pueden matar ilusiones con sus falsedades y mentiras, o puede despertar esperanzas con sensatas razones. Palabras, muchas, que no deseamos que se las lleve el viento y que por lo menos, vayan acompañadas de sanas intenciones. Palabras que no despierten inquina, odios, resentimientos, en tierra donde todos somos hermanos y queremos lo mejor, de verdad, para los andaluces, y con el sonoro eco de: para los pueblos y para la humanidad.
¿Cuántas veces últimamente este pueblo ha luchado por su libertad?
¿Cuántos 4 de Diciembre hay que vivir, no sólo recordando aquel que ya vivimos, sino renacidos?
¿Cuántas trabas tendremos que soportar de los gobiernos de la capital para que seamos libres para elegir nuestro destino o por lo menos, para ser iguales a los de la primera división política de nuestro país?
¿Cuántos olvidos? Y cuánta falsa generosidad, para darnos migajas en épocas de elecciones...
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