ANDALUCÍA
¡OJALÁ QUE EL COLOR, AUN SIN SER VERDE, PERO SÍ OCRE DE NUESTRA TIERRA, NOS HAGA LLEGAR EL BROTE DE LA ESPERANZA.
Que esa dulce mirada, llena de ternura, que la madre andaluza derrama sobre su criatura, que hace elevar sus brazos para abrazarla, sea un indicio de esperanza de que las cosas van a cambiar para bien, de este entroncado pueblo, que sigue buscando su libertad.
¡Ojalá que los gobernantes y políticos que sean elegidos en las próximas elecciones, cada día más cercas, sean fieles a dos premisas fundamentales; la de ser los primeros servidores de todos los andaluces, sin distinciones ni privilegios de ninguna clase, y que en sus actuaciones prime siempre el bien general, el bien común, y nunca el partidista, ni el personal!
¡Qué ojalá una de sus grandes preocupaciones sea la lucha por la utopía de conseguir un empleo digno para los andaluces, que con el tiempo hagan desaparecer la maldición de los subsidios, que empobrecen el alma y la dignidad de las personas, y que en no pocos casos se convierten en el medio para comprar voluntades y amansar nuestras voces!
¡Ojalá que se cumpla aquello de que somos un pueblo sabio, para saber vivir y en esta ocasión, saber elegir! y que no nos engañen, ni unos, ni otros, con cantos de sirenas; con hermosas, pero tramposas promesas, que sus palabras y pensamientos no sean creadores de odios, entre nosotros, que veamos en ellos, si de verdad somos tan listos, sus intenciones sinceras.
Y de pronto se cuela en mi mente una pregunta, que no sé si viene al cuento, la de "¿hasta cuándo tendremos que esperar, ya que las ideologías de los partidos andan bien revueltas y confusas, para elegir a nuestros representantes en listas abiertas?
Terminando hoy con el deseo de que obremos con sensatez y que nos interesaría saber, ya que hablamos de nuestros dibujos, qué os parecen estas interpretaciones de entroncamientos de los andaluces en su tierra.
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