39.- AL BÚCARO
Del barro, del primer hombre,
te hizo a ti, gran alfarero,
para mitigar la sed
de los hombres venideros.
Con agua te modelaron
manos de humanos expertos,
sobre una tabla que gira
con remolinos de vientos,
que nacen bajo los pies
de los buenos botijeros.
Dueño de sensuales curvas,
amo de dos agujeros;
el uno, da de beber,
el otro, para tu relleno
y, encima de su cabeza,
un asa para cogerlo,
para levantarlo al aire
con un suave balanceo,
y recibir de su boca,
como se recibe un beso,
elixir de fuente clara,
en chorro bastante fresco,
de las aguas escarchadas
que guarda en sus adentros,
para refrescar gargantas
y aliviar a los sedientos.
Con anís lo han bautizado,
los hombres que saben de ellos,
y por sus poros escapan
sudores de anises buenos,
aromados con el arte,
de los artesanos viejos.
Eres botijo, para unos,
Búcaro, entre los nuestros,
¡Qué importa como te llamen!,
si llevas en tus adentros
el frescor, la grata brisa
que me alivia al momento,
y que calma la sed mía,
que en los calores, padezco.
El búcaro, mayor se hizo,
junto a preclaros inventos,
que trataban de enfriar
las aguas que nos bebemos.
Frigos y congeladores,
de frigorías, los dueños,
a las aguas que tocaban
les daban textura de hielo,
y las gargantas sufrían
inhumanos enfriamientos,
y los dientes padecían,
denteras, fuertes tormentos,
mientras que la sed seguía
en nuestros cuerpos viviendo.
Los búcaros de ayer y de hoy,
con su lento hacer seguían,
dando frescor a sus aguas,
anisando sus adentros,
apagando nuestra sed,
como siempre habían hecho,
y en loca modernidad,
de sorprendentes inventos,
el búcaro dijo: Aquí estoy,
con signos de estar contento,
porque los hombres me quieren,
porque el rey, yo sigo siendo,
en esto de refrescar
las gargantas de mis dueños.
Doy las gracias al artesano,
a los pocos botijeros,
que siguen con la tarea
de hacer bucaritos nuevos.
El Viso del Alcor, 8 de junio de 2022
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