martes, 18 de enero de 2022

VENTANA ABIERTA A LOS AMIGOS DE LOS "TEBEOS"

 ENTREGA Nº 90 

                        Dentro de este apartado de los amigos de los tebeos, cada cinco dibujantes o personajes que asomamos a la ventana, tenemos la costumbre, como divertimiento, de dibujar una viñeta de cada uno, y como hemos recuperado una página en estos días, pues ahí la tienen y así vamos cumpliendo con nuestros compromisos voluntariamente aceptados.

                        El primero de hoy es de la historieta de EL PIRATA BARBUDÍN, que terminaría convirtiéndose en el Corsario Barbudín, ya que a los peques les sonaba este último apelativo, el de Corsario, mejor que el de simple Pirata, que le parecían casi todos malos; en tanto, que entre los Corsarios suponían, como en el caso de las brujas, que los había hasta buenos. Su dibujante fue José Gorris Guillot, que firmaba sus obras con su primer apellido y contando como guionista con Gregorio Martín Martín, que usaba el seudónimo de Grema, y que trabajaron juntos en muchas de sus series.

                        Al principio de la página encontramos la viñeta de "TIGRILLO" , del dibujante Julian Blake, estadounidense, que sabía moverse muy bien y de forma divertida en el mundo de los pequeños.

                        Entre los dos anteriores podemos ver, como le ocurre a la mayoría de los cacos creados para los tebeos, a PEPE MURCIELAGO, que no existe casi ninguna aventura suya, le acompañe su sobrino o no, que le vaya bien. Su creador fue Manuel Adolfo García Fernández, que firmaba combinando su nombre y su apellido, o a veces se le ocurría hacerlo con un simple "A" mayúscula.

                        En la parte inferior tenemos a la simpática TITA VIRGINIA, a la que vemos que la primavera al final no le cae tampoco bien, después de alabarla por exceso. Fue José Luis Prats Cruz el encargado de darle vida, que firmaba como "Ozelui", que para eso era "granaino" de pura cepa y que como él mismo señalaba había nacido en el "Kilómetro 0 de la malafollá".

                        Y se termina como uno de los personajes más queridos por los niños, por lo menos de los de hace tiempo, cuando nosotros, asistíamos al gallinero de los cines y antes de la película, nos divertíamos con sus cortos, sobre todo, al recibir las espinacas que le otorgaban una fuerza descomunal, que nos invitaba a patear el suelo de madera y a aplaudirle, para devolverle los golpes a Bruto. Sí, me refiero al marino POPEYE, en una aventura en que destroza todo cuando sufre las consecuencias de ser sonámbulo y ante la presencia de su hijo Cocoliso, que lo había tenido por correspondencia.  



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