Lunes, 13 de agosto de 2018
A 283 días …
UN INESPERADO ENCUENTRO EN ROTA.
Seguimos con la Primitiva, con la misma
mala fortuna de siempre. El fondo de la misma casi toca fondo. A tiro pasado
parece fácil que toque, pero la tozuda realidad demuestra lo contrario. Lo
único positivo que estoy sacando de la obligación de echarla todos los lunes,
es el paseo a pie desde casa al estanco donde se depositan los boletos y, al
tiempo, el comprar churros para el desayuno.
La bajada a la playa, complemento gratuito
a nuestra estancia en Costa Ballena, es tarea casi de obligado cumplimiento por
parte de todos y después de la reparadora ducha que sigue al regreso de la
playa, se confirman los beneficios de la cotidiana actividad.
No es necesario alabar la cualidades
culinarias de la Rosa y de su pinche, este escribano. Hoy degustamos una rica
lasaña de carne picada y verduras, alabada
por todos nosotros. El gazpacho o salmorejo (un poco de ambos)
complementó, con acierto ser el plato estrella
del día.
Por la tarde, desplazamiento a Rota para
solucionar definitivamente el tema de los mandos de entrada y salida de los garajes. Sorpresa inesperada.
En las proximidades del aparcamiento,
una llamada a viva voz, procedentes de
un personaje muy conocido, Diego, nuestro sobrino, con toda su familia, Flori,
Blanca, Mamen, Carmen, Paco y su mujer actual. Solucionado el tema de los
mandos, nos invitan a tomar unas copas con ellos.
En amena charla se nos pasó rápidamente el
tiempo, recordamos tiempos pasados y no dejamos de reírnos con las ocurrencias
de Paco, al que encontré muy bien.
Anécdotas, vivencias y demás ocurrencias compusieron el meollo de la
entretenida conversación y, como siempre que se está pasando bien, recordamos a
los ausentes queridos.
Regreso a casa, cena y especial
protagonismo de los más peques, Ángel y Emma, hasta la hora de escoger el
camino de las camas.
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