NO SÉ LOS
AÑOS QUE TENGO
Sin apenas darme cuenta,
los
días se me escaparon,
los
años fui consumiendo,
bebí
la vida de un trago.
Hoy, las espitas del tiempo,
céleres,
se van cerrando,
las
cuerdas de mi existencia,
prestas,
se han acortado
y
las llamas de mis velas,
lentas,
se van apagando,
perdiendo
su clara luz,
alumbrando
desencantos.
No sé las horas que tengo,
ni
los meses, ni los años,
sé,
los que ya consumí,
sin
poder recuperarlos.
Cuantas cosas, cuanta vida,
tiré
al pozo del pasado,
de
las que sólo me quedan
algunos
borrosos trazos,
estampas
desdibujadas,
bocetos
inacabados.
¿Dónde guardar un trozo de
vida,
para no gastarlo?
¿A quién habrá que pedirle
aquiescencia
para usarlo?
¿Por qué el barco de mi vida,
no
ha de seguir navegando,
por
qué tiene que morir
en
un varadero, anclado,
si siempre fui marinero,
de
la vida enamorado?
No hay comentarios:
Publicar un comentario