BASTIÁN
Por esos pueblos de Dios,
de
pedregales hambrientos,
cumplió
sus tiranos años,
Bastián,
hijo de estos tiempos.
Un
humano caracol,
hollador
de mil senderos,
la
casa sobre sus hombros
y
su mundo, en un pañuelo.
Anda
despacio, se arrastra,
sus
huellas hieren el suelo,
la
cadencia de sus pasos
son
ritmos de reloj viejo.
Es
escoria mal nacida,
trashumante
caballero,
soldado
de lo imposible,
alma
rota en ajado cuerpo.
Bastián,
marea perdices,
buscando
corto sustento,
unas
migajas de nada,
unas
sombras de pan negro,
y
de postre, unos suspiros
adobados
con mil sueños.
Nadie
más pobre mancilla,
este
rico estercolero,
hecho
de babas hediondas
y
de miserables rezos.
Bastián
resuma grandeza,
bajo
tan podrido techo,
es
como una suave brisa,
entre
huracanados vientos.
Bastián
se bebe las penas
de
este macabro universo,
en
un oxidado grial
con
mohos de aires modernos.
Legiones de albos Bastianes,
al
mundo le están creciendo.
¿Qué
será de nuestro mundo,
cuando
Bastián sea el dueño?
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