EXILIO
Me exilié de un vientre amado,
pobre, desnudo e inconsciente,
y mi primerizo llanto
sonó chirriante e inclemente,
un susurro, unas caricias,
unos pechos bien turgentes,
mil sonidos novedosos,
el contacto de otras pieles,
me devolvieron al mundo
de mis tiempos, de mis gentes.
Y de nuevo me exilié,
cuando era un joven imberbe,
era parco de equipaje,
corto de espíritu y mente,
un empujón de la vida,
unas migajas de suerte,
mil sendas desconocidas,
tornos y puertas batientes,
me rescataron, de nuevo,
de ese exilio displicente.
Y muchos nuevos exilios
busqué despierto, consciente,
y me exilié, complacido,
horas, días y hasta meses,
de mis sombras, de mis miedos,
de mis cansinos congéneres,
pero, al final, siempre vuelvo,
de aquellos exilios breves,
que me curan alma y cuerpo
y a la vida, me devuelven.
XXII...
Hace 1 semana
No hay comentarios:
Publicar un comentario