jueves, 14 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS, PERO EN PROSA
OTROS CUENTOS...
1.- EL NIÑO QUE PERDIÓ LA NIEBLA
Murió el Papa un día del Señor, de su Señor, y las campanas de Peralveche, de su pequeña iglesia, sonaron tristes y monótonas, cuando el día empezaba a dejar de serlo para convertirse en noche.
Peralveche es un pueblecito de Guadalajara. Pequeño, pequeño, más pequeño todavía. Situado por allá lejos, como diría Cecilio, otro de los niños del lugar que con los suyos, pero sin saber por qué, un día le dijo adiós, para fijarlo desde entonces en su recuerdo.
Como el Santo Padre, Peralveche también se morirá un día y quizás un día igualmente del Señor, de su Señor, y las campanas de su pequeña iglesia sonarán tristes y monótonas, tañidas por vaya usted a saber por quién, cuando el día empiece a dejar de serlo para hacerse otra vez noche.
Conocí a Cecilio cuando era pequeño, pequeño, más pequeño todavía, como su pueblo. Rubio como el oro de los trigales que lo rodeaban y salpicada su cara, no del rojo de los ababoles, sino de numerosas pecas, muchas pecas, muchas más todavía. Su cabeza era como un balón de rugby. Fruto de un mal parto, decían con un cierto pesar las enlutadas y arrugadas viejas del lugar. Ello pronto le proporcionó al pequeño el correspondiente sustituto a su nombre de pila, sobre todo por la parte de la escasa chiquillería, porque era bien corta, porque no había más, del pueblo que le vio nacer. Sin que faltaran, por supuesto, en este quehacer, los mayores, ni se excluyera su propia madre, que desde muy pequeño, en sus arrebatos de cariño, le nombraba restregando su cabecita con sus manos llenas de sabañones de tanto usarlas en el lavadero como “Mi pepinito del cielo”.
Cecilio no iba al colegio cuando lo conocí, porque aún era pequeño, pequeño, más pequeño todavía. Bueno, eso de que no iba al colegio es un decir, pues según su maestra, que era de Guadalajara también, pero de la capital, no iba cuando en aquel estaban los trece alumnos que ella tenía y sí cuando le apetecía, ya que allí las puertas no se cerraban con llave, porque el colegio no tenía cerradura alguna y a él le encantaba subir solo la desvencijada escalera que daba acceso al aula, que había sido antaño una carbonera y que estaba situado en los altos del Ayuntamiento.
Costa Ballena, 14 de Agosto de 2025
miércoles, 13 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
portan más alumbraderas,
acercándose al altar,
ven escena muy dantesca.
Sobre el ara amortajada
con alba y muy fina tela,
reposa el cuerpo maltrecho
de aquella linda doncella.
En el suelo ensangrentado,
justamente a su siniestra,
junto al áureo candelabro
y con su cabeza abierta,
yace el fraile que cuidara
de esta singular iglesia;
en tanto que, al otro lado,
atravesado por lanza, era
el cuerpo de un harapiento,
con deformidad extrema,
retorcido y ennegrecido
como humana sanguijuela.
Y sentado en un sitial,
con mirada bien perdida,
aquel trovador se encuentra,
dando a todos la impresión
que por suya quietud, duerma,
llevando en su mano diestra
tarrito que mucho apesta
y a sus pies con cuerdas rotas
la más preciosa vihuela.
que el fantasma del juglar
aún vaga como alma en pena,
con gritos desgarradores,
que se oyen por las cavernas
y por las minas que existen
bajo Melilla la Vieja.
martes, 12 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
lunes, 11 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSOS
llora como plañidera,
abrazado a sus rodillas,
al juglar pide clemencia,
que ya es grande su condena,
que lejos de concederla,
coge el trovador del suelo,
candelabro que aquel deja
y con el más brutal golpe
destrózale la cabeza,
deseando en su locura
que sus almas vayan prestas
al peor de los infiernos
como de verdad, condena.
Un grito desesperado
óyese en la fortaleza,
saliendo de las entrañas
de aquella bendita iglesia,
que en alba, cosa asaz extraña,
aún no se abrieron sus puertas,
sonando las campanadas
con toques de gran tristeza,
con sones, que al que ello escucha
huelen a muerte bien cierta.
ignoran que está pasando
y aporrean la grande puerta,
para despertar al fraile
si fuera caso que aún durmiera,
o si tocara campana,
aquellos golpes oyera,
no encontrando en su quehacer
la más mínima respuesta.
domingo, 10 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
al presenciar esta escena,
gritando como un poseso,
abre de empujón la puerta
y sin soltar la lanza
en la tosca pieza, él entra,
mirando con grande rabia
a aquel ser que mucho tiembla.
que es su amada quien reposa
sobre aquella enorme mesa,
que su cuerpo no se mueve,
que muerte en su rostro lleva,
acercándose con lágrimas,
con mucho ahogo, a ella,
para poder confirmar
lo que con dolor temiera;
su rabia se torna en llanto,
con desgarro de honda pena,
abrazando al ser que quiere,
lo que el bellaco aprovecha
para aprisa, de allí huir,
a pesar de su cojera.
Vuélvese con gran premura
el juglar, con tal presteza,
que antes de dejar la sala
una lanzada le asesta
que le parte el corazón,
como si de papel fuera,
rebotando aquel deforme
cuerpo, que sin vida queda.
Alterado por los ruidos
que llegan hasta su celda,
el otro fraile, que es cómplice
de aquel otro que asaz cojea,
presto va hacia la cripta,
bajando por su escalera,
va con candelabro en mano
y con gran temblor en sus piernas;
temblor que pronto le alcanza
desde el talón a la mollera,
al ver reguero de sangre
a la entrada de la puerta,
que no se atreve a cruzar
por si con Satán se encuentra.
Un ruido oye a sus espaldas
y cuando gira su cabeza,
se da de cara, con aquel
trovador, que historias cuenta,
cuya mirada de lobo
a toda su sangre, la hiela,
porque sabe bien el fraile
del rapto de la doncella,
de sábanas que entregara
y que amortajada fuera,
a quien entregó las llaves
para soltar sus cadenas
y que quiere recibir
parte de la recompensa.
sábado, 9 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
dirigiéndose hacia el ábside,
busca dónde está la reja,
la levanta con esfuerzo
una vez que da con ella,
en tan grande oscuridad,
él, muévese con cautela,
acomodando su vista
a esta negrura extrema;
a ciegas va descendiendo
por empinada escalera,
que en subida de hace días,
con claridad la recuerda;
pronto da con su final,
sin saber dónde se encuentra,
no sabe qué hacer allí
y en suelo firme se sienta,
es tan grande su cansancio
que sus ojos se le cierran,
ganándole aquel sopor
cuando le faltan las fuerzas,
que le lleva a un dormitar,
lo que ahora él no quisiera.
colándose poco a poco
por la elevada lucerna,
que aún siendo tan liviana
al trovador lo despierta,
conociendo en un instante
el lugar en que se encuentra,
el mismo que hace unos días
a través de reja viera,
comprobando que la sala
con dos puertas también cuenta
una de hierro y bien cerrada
y otra que está entreabierta;
coge lanza de la imagen
que en costado al Cristo hiriera
y con buena precaución,
sin ruido, a ella se acerca,
viendo con enorme estupor
como una sombra bien negra,
después de arrastrar un bulto,
con la ayuda de cadenas,
pretende depositarlo
sobre una mesa de piedra.
viernes, 8 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
acostumbrando sus ojos
la suya sombra se alarga
como sube enredadera,
bien envuelta entre barrotes,
por luz que del suelo venga,
que cambia de intensidad
como si de una tea fuera.
Antes de que cierre el templo,
cuando en soledad se queda,
con apagavela, el fraile
pone fin a las candelas,
con lo que la oscuridad,
paso a paso se acrecienta,
lo que aprovecha el juglar
para ocultar su presencia,
quedando sola en el ara
la misteriosa lucerna,
que ahora sólo barrotes
sobre la pared proyecta.
Siguiendo con su rutina
el fraile cierra la puerta
y con paso bien ligero,
como si luz allí hubiera,
hacia el altar se dirige,
pareciendo que algo espera.
y lentamente una antorcha
surge de la misma tierra,
portada por ser deforme,
al que el fraile ayuda presta.
El trovador con asombro
ve como ellos parlamentan,
como el fraile en un momento
de allí, con prisas, se ausenta,
regresando en un instante
y una gran bolsa le entrega;
ausentándose aquel extraño
por el lugar que viniera,
comprobando como la luz,
poquito a poco se aleja,
hasta desaparecer,
como si ella feneciera.
Qué hacer, él se pregunta,
todo lleno de sorpresa.
Cuando el fraile, ya cumplida
la que última tarea fuera,
va buscando su descanso,
que en su celda siempre encuentra.
jueves, 7 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
y pega su oído a la reja,
sin volver a escuchar nada,
como antes él creyera,
que no sea el ruido lejano
del trajín en las callejas,
que llegaba con sordina
a través de la lucerna.
Después de su espera inútil,
su amargura se acrecienta,
saliendo del laberinto,
buscando la brisa fresca,
para desterrar la angustia
que en el suyo pecho aprieta,
para buscar por arriba
lo que allí abajo le niegan.
Por el día, aquel trovador
sigue contando sus penas,
pudiendo sobrevivir
con óbolos que le entregan,
y en concluyendo sus cantos
la dura busca renueva,
dirigiendo ahora sus pasos
al interior de la iglesia,
en hora que el lugar sacro
ya sus puertas tenga abiertas.
después de santiguarse, en un
banco del fondo se sienta,
adoptando en un principio
la actitud de aquel que reza,
para ganarse el aprecio
de los fieles que allí entran
y muy en especial, del fraile
que en su trajín no cesa,
por ser dueño y gran señor
de todo lo que se cueza
en esta Casa de Dios,
a la que su vida entrega.
miércoles, 6 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
OSCURIDADES DE DOLOR Y MUERTE (4)
al joven no le amedrenta,
continuando día tras día
la busca de su doncella,
hasta que por azar da,
después de cientos de vueltas,
de miles idas y venidas,
con una rústica puerta
de madera carcomida,
que permítele el acceso,
al abrirla sin gran fuerza,
alentando su esperanza,
a covacha más extensa,
que en su fondo deja ver
una angosta escalera
de peldaños muy gastados
y que a alguna parte lleva.
encontrándose al final
que una gran reja la cierra.
Agarrado a sus barrotes
y gracias a la luz que entra
desde la parte más alta
por especie de lucerna,
ve que en aquella estancia,
al acercar su cabeza,
hay muchísimos objetos
relativos a la iglesia,
bancos muy desvencijados,
partes de tallas muy viejas,
ropajes descoloridos
para levantar la reja,
que al fin, guardar bien prefiere
los detalles que allí viera,
comenzando a desandar
la ruta que antes hiciera,
con igual dificultad,
en la empinada escalera.
De pronto, un lamento se oye
un débil “ay” de tristeza,
que a la más grande quietud
a aquel trovador, le lleva,
no se atreve a respirar,
el mayor silencio desea,
su corazón le traiciona
al latir con mucha fuerza,
temiendo que sólo sean
desvaríos de su cabeza.
martes, 5 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
el durmiente se despierta,
la fealdad del suyo rostro
cubre con barba muy espesa,
melena y sucia capucha
que le tapa la cabeza,
túnica de fraile, ajada,
usa como vestimenta
y en su sigiloso andar
es notable su cojera,
originando un vaivén,
que en un momento cualquiera
puede dar, sin equilibrio,
con sus huesos en la tierra.
Sírvele de contrapeso
un zurrón de burda tela,
en el que guarda con celo
la comida que él encuentra,
hurtándola en el mercado
o al pedir por las callejas,
despertando compasión,
la miseria que refleja,
a vecinos de la villa
desde que llegara a esta.
Mientras tanto, el trovador
busca por todas las cuevas,
que desde la misma mar
hacia la entraña penetran
de aquel presidio y lugar,
como si sus tripas fueran,
para ver si con fortuna
a su enamorada encuentra.
pero que se unen con otros,
como los hierros de rejas,
conformando laberinto,
que a ninguna parte lleva,
con subidas y bajadas
y de los humanos, huellas,
con olores nauseabundos
y ratas de orejas tiesas,
que chocan contra sus pies
en alocadas carreras,
donde los ruidos se agrandan
cuando el silencio se quiebra,
como si toda esta roca
bien horadada estuviera,
para servir de refugio
a gente muy canallesca,
a piratas y corsarios
que salvación allí tengan
o que usan los moradores
de la suya fortaleza,
para encontrarse la mar
y poder disfrutar de ella
o que les permitan la huida
cuando se pierde la guerra.
lunes, 4 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
con su soledad bien terca,
cada cual, como es costumbre,
es arrojado a su faena,
pero ahora van con la duda
de saber si es cosa cierta
lo que cantó aquel juglar
o es sólo historia que inventa.
llamando a los feligreses,
por ser hora de novena,
que el fraile nunca olvida,
menos en tiempo de guerra,
para alegrar a la Virgen
y al Hijo que Ella tuviera
y de paso proteger
a sufrida soldadesca.
Terminada la función
el templo vacío se queda
y el celoso franciscano
la puerta grande, bien cierra,
sin deparar que en rincón
del hueco de la escalera,
repleto de cachivaches,
y que al campanario lleva,
una figura bien rara,
dormitando, allí se encuentra.
La noche se va alargando
para que el silencio crezca,
que sólo se ve alterada
por la ronda callejera
de soldados que hacen guardia
dando al recinto la vuelta,
sin dejar ninguna torre
hasta dar con la gran Puerta,
a todo el que quiere entrar
en aquesta fortaleza.
domingo, 3 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
la caracola me muestra
que en la arcana Rusadir
y en su recinto de piedra,
atrevido trovador
extraño relato cuenta,
acerca de un malandrín,
que a su gran ama tiene presa
en el fondo de una gruta,
bien atada con cadenas,
a la que nadie conoce
a pesar de vivir cerca
de todos los moradores
que ahora su oído le prestan.
al glosar a sus oyentes,
de la dama, su belleza,
de las penas que ella sufre
por tan terrible condena,
en solicitud de ayuda
para finar esta afrenta,
que le tiene trastornado
por temor a que ella muera
a manos de aquel bellaco
que su libertad le quiebra,
porque amor él siente, desde
la prima vez que la viera
y que le dará el infierno
si pronto a ella no encuentra.
piensan que nada es verdad,
que aquel juglar todo lo inventa,
buscando con sus palabras
que la gente se enternezca
y que al terminar su canto,
otórguenle recompensas.
Pues, cómo ingenuos creer,
que en aquesta fortaleza,
donde todos se conocen,
pudieran tener por cierta
la terrible esclavitud
de aquella hermosa doncella,
sin que nadie lo notara
y nadie la conociera,
sin que la echara en falta
la familia que tuviera.
A no ser que el trovador,
que por su amor también pena,
al igual que su fiel amada,
vinieran ambos de fuera,
siendo raptada en Al-Andalus,
como aqueste juglar cuenta,
trayéndola en bajel tosco
bien atada y a la fuerza,
en temible travesía,
en días de grande galerna,
con noches más que temidas
de oscuridades bien negras,
para obtener de los suyos,
dueños de fértiles tierras,
por medio de ruin rescate
la mayor de las riquezas.
sábado, 2 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
en su torno no hay sirena,
del exigente Neptuno
ya, ni siquiera se acuerda,
pero cuando se incorpora,
con grande sorpresa observa
que pasó toda la noche
apoyando su cabeza,
de manera placentera,
sobre una extraña talega.
Su presencia le crea dudas,
ignora quién la pusiera,
allí, para que descanse
en la dormida, sobre ella;
pronto, curiosidad siente
por conocer lo que encierra,
aunque la duda le crece
por ser tal talega, ajena.
A punto, por tal motivo,
de dejar la bolsa aquella
abandonada en la playa
para aquel que la quisiera,
se da cuenta que reluce,
como diminuta estrella,
algo que en su interior guarda
y que traspasa su tela.
Con nerviosismo la prende,
las suyas manos le tiemblan,
con el mayor de los cuidos
el cordel de su boca suelta,
abriéndola despacito,
como si miedo tuviera,
rodeada de mil corales
estrella de mar encuentra,
que relumbra cual un sol,
como si de oro ella fuera,
y junto a un viejo pincel,
enredada entre sus cerdas.
¿Acaso no fuera sueño,
sino historia verdadera,
la de aquel marinerito
que toda la mar colorea?
que en el fondo de las aguas
peces sin colorear quedan,
y plantas de miles formas
que el blanco y negro desvelan
y los más variados grises
que resultan de su mezcla,
que Neptuno, como un loco,
en su búsqueda no cesa,
de encontrar otros pintores,
los mejores de la tierra,
para acabar de una vez
con su ya arcaico problema,
ignorando si es verdad
la historia de la talega,
del marinero pintor
y de la hermosa sirena.
viernes, 1 de agosto de 2025
NUESTRAS CRIATURAS
OTRAS HISTORIAS EN VERSO
que en el ancho mar se encuentra,
que el pobre marinerito
no podrá finar la tarea,
lo que a Neptuno preocupa
al igual que a la sirena,
aunque distintos motivos
en sus pesares tuvieran;
ya que para el dios Neptuno
sería verdadera pena
que después de tanto tiempo
quedara su obra incompleta,
en tanto que aquella ninfa
diferente cosa piensa,
teme que al pasar del tiempo
a su marinero pierda,
con el que anhela vivir
la imposible vida eterna,
manjar sólo reservado
a los dioses de la Tierra.
El marinero envejece
y nunca acaba su tarea,
el ingrato de Neptuno
cada día mucho le apremia,
para que concluya la obra
antes que la parca venga;
en cambio, la sirenita
muéstrase siempre contenta,
pues aún viéndolo mayor,
es lo único que le queda.
sólo le queda un pincel,
lo que aumenta su tristeza,
el que la ninfa le otorga
de los pelos de sus trenzas;
tan enorme es su pesar
que la muerte ve bien cerca.
La sirena, con dolor,
al verlo de tal manera,
desoyendo al dios Neptuno,
quiere volverlo a su tierra,
aprovechando una noche,
la luna de luna llena,
cuando los dioses se juntan
en obligadas asambleas,
para dejarlo tendido
sobre la dorada arena,
al socaire de su barca,
que con paciencia le espera,
para que al amanecer,
cuando aqueste se despierta,
pueda acabar de pintar
lo poquito que le queda,
pensando que lo pasado
fuera sueño que tuviera,
como le ocurrió otras veces
que en la playa se durmiera.