Pues estarán muy pendientes
que su procesión bien salga
y ninguna de sus gentes
su escapada echará en falta.
Buscará por todas partes,
donde circo se anunciara,
para acabar con los males
que corroen sus entrañas.
Este sencillo muchacho,
como ánima desterrada,
portando un humilde hato
a la aventura se lanza.
La leprosería de Trillo,
donde penan otras almas,
da cobijo al peregrino
camino de Guadalajara.
Cuando llega a la ciudad,
pequeñita y provinciana,
bien cerquita del penal
un gran circo se levanta.
El corazón le da un vuelco
al darse con él de cara,
despertará de mal sueño
si encuentra lo que buscaba.
A aquel muchacho atrevido,
ante descomunal carpa,
se le nublan los sentidos
y muchos miedos le asaltan.
Lugar tranquilo parece
porque es hora bien temprana,
piensa que el personal duerme
tras muy larga madrugada.
Como es corto su dinero
para gastarlo en entrada,
decide esconderse dentro
en rincón bajo las gradas.
Cansado del duro viaje
la oscuridad y la calma
al muchachito le valen
para paliar su galbana.
Apoyando su cabeza
con el hato de almohada,
plácido sueño le llega
aún siendo dura la cama.
Costa Ballena, 29 de Agosto de 2025
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