OSCURIDADES DE DOLOR Y MUERTE (11)
Cuando algunos feligreses
portan más alumbraderas,
acercándose al altar,
ven escena muy dantesca.
Sobre el ara amortajada
con alba y muy fina tela,
reposa el cuerpo maltrecho
de aquella linda doncella.
En el suelo ensangrentado,
justamente a su siniestra,
junto al áureo candelabro
y con su cabeza abierta,
yace el fraile que cuidara
de esta singular iglesia;
en tanto que, al otro lado,
atravesado por lanza, era
el cuerpo de un harapiento,
con deformidad extrema,
retorcido y ennegrecido
como humana sanguijuela.
Y sentado en un sitial,
portan más alumbraderas,
acercándose al altar,
ven escena muy dantesca.
Sobre el ara amortajada
con alba y muy fina tela,
reposa el cuerpo maltrecho
de aquella linda doncella.
En el suelo ensangrentado,
justamente a su siniestra,
junto al áureo candelabro
y con su cabeza abierta,
yace el fraile que cuidara
de esta singular iglesia;
en tanto que, al otro lado,
atravesado por lanza, era
el cuerpo de un harapiento,
con deformidad extrema,
retorcido y ennegrecido
como humana sanguijuela.
Y sentado en un sitial,
con
sonrisa más que tierna,
con mirada bien perdida,
aquel trovador se encuentra,
dando a todos la impresión
que por suya quietud, duerma,
llevando en su mano diestra
tarrito que mucho apesta
y a sus pies con cuerdas rotas
la más preciosa vihuela.
con mirada bien perdida,
aquel trovador se encuentra,
dando a todos la impresión
que por suya quietud, duerma,
llevando en su mano diestra
tarrito que mucho apesta
y a sus pies con cuerdas rotas
la más preciosa vihuela.
Después
de largo silencio,
la
caracola me cuenta,
que el fantasma del juglar
aún vaga como alma en pena,
con gritos desgarradores,
que se oyen por las cavernas
y por las minas que existen
bajo Melilla la Vieja.
que el fantasma del juglar
aún vaga como alma en pena,
con gritos desgarradores,
que se oyen por las cavernas
y por las minas que existen
bajo Melilla la Vieja.
Ballena, 13 de Agosto de 2025
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