sábado, 7 de mayo de 2022

UN PREGÓN DE LAS FIESTAS DE LA SANTA CRUZ DE EL VISO DEL ALCOR QUE HIZO HISTORIA

LA OBRA DE UN ÁNGEL QUE SACUDIÓ EL CORAZÓN DE LOS ALCORES

                            Existían ciertas expectativas en torno al Pregón de las Fiestas de la Santa Cruz de El Viso del Alcor, por aquello de verse reposar durante más de dos años en el casi rincón de los olvidos por causa de la maldita pandemia; pero estas, las expectativas, se vieron superadas notablemente cuando llegó su hora.


                             Volvió a su casa, más y mejor engalanada que nunca, de donde no tenía que haber salido jamás, y se llenó de gente de su pueblo. En bello escenario, presidido por su Cruz, acompañada esta, por el arte de color de un excelente cartel, por una gratísima música, empeñada en servir con suaves formas y con capacidad de acunar a la PALABRA, que brotaría del corazón de un ángel, para inundar los nuestros.
                            No importó en absoluto el que su retraso fuera de un poquito más de una hora. El deseo de escuchar, el permiso para propiciar encuentros y saludos que se añoraban, la oportunidad del vinito o la frescura de la cerveza, que era preludio atrevido del calor estival que ya se nos acercaba, nos hicieron hasta corta la espera.
                            Y como esperábamos, "Juanpe", el amigo del ángel, nos desveló con su gracejo natural las bondades del vocero de esta noche mágica, como devolviéndose favores.
                             No importó tampoco, pues hasta resultó gracioso, cuando ante la sorpresa de todos,
en tiempo del inicio de su parlamento, el pregonero, Ángel Calabuig López, si perder su eterna sonrisa,
nos indicaba que le habían quitado su carpeta, tesoro necesario e imprescindible, del atril donde la dejó. Menos mal, que una Marcela, siempre al quite, se la entregó inmediatamente.
                            Sólo su mujer, Esther, sabía de que iba la historia, ni la familia tan cercana tenía conocimiento de su contenido; comenzado una auténtica cascada de sorpresas, de gratas emociones...
Rompiendo moldes, Ángel quiso brindar, cosa propia de epílogos y no de prólogos, después del encantador taconeo de Laura, abrazado de bella música, y de aquella frase suya, desde las afueras, de:
"¡Abre la puerta, visueña, que voy pa dentro!" Merecido y sincero homenaje a su tío, y padre de Laura, TEO, al que jamás olvidaremos y que concluyó con un enternecido abrazo de ambos.
                            Y volvió la magia. Nadie ni nada escapó de su sabio y sincero decir. Nos contó su vida, su amor eterno a su pueblo, nos retrató a sus padres, Clemente y Rosa, a pesar de que esta le pidiera, por pudor, que no la nombrara. Nos habló con el mejor de los cariños de su compañera de viaje, Esther, de sus dos lindas criaturas: Ángel y Amelie; de su diáspora al Reino Unido, de sus añoranzas, de sus hermanos mayores, Clemente y Diego, de el montón de amigos que colecciona...


                                  Y hasta sentado en el orillar del escenario nos invitó a celebrar el cumpleaños de su pequeño Ángel, que no salía de su asombro, recibiendo este un regalo más y el canto de todos los que habíamos asistido, en pie, al mismo, del "Cumpleaños feliz".
                                   En otro momento se atrevió a aportar ideas para que aquel lugar se convirtiera, según sus sueños, en el gran mirador de la Tablá, que se asomara majestuosamente a la Vega o de que las autoridades no consintieran el cambalache de las casetas, que eran como nuestras segundas casas.
                                   Se acordó de las entidades y asociaciones existentes en su pueblo, sin olvidar    a ninguna y destacando a la Asociación Cultural de Amigos de El Viso, que tanto hace por estas fiestas; de hombres y mujeres de su pueblo, de personajes destacados de su familia. Y en un ejercicio de imaginación, creatividad y habilidad literaria, las engarzó a todas, a las 68 casetas del ferial, en rimado y artístico poema. Terminando con la suya, la de "Echa vino montañés, que lo paga Luis de Vargas".
                                   Y la última sorpresa que nos regaló fue cuando se dirigió hacia el lugar donde se encontraba una guitarra, deleitándonos con la recreación del poema de Fernando Villalón, referido al paso de los bandoleros de Écija por nuestro pueblo.
                                    

                            Más de uno se preguntaría, pero hasta sabe cantar... Y la verdad que salió igualmente    airoso de este intento.
                            Hoy, al salir a la calle, como cualquier otro sábado y creemos no pecar de exageración, en muchos rincones de El Viso del Alcor, el tema de conversación era único, el del pregón dado por ti, Ángel, que fue en vivo presenciado por muchos visueños y en especial por otros moradores de este pueblo, a los que le llegó a través de nuestra televisión, Canal 12, que siempre está al loro de nuestras cosas. 
                            Gracias, querido Ángel, y permítannos referirnos a un pequeño "pero", como le señalé
en un momento a la máxima autoridad local de nuestro pueblo; el de no acompañar a su generosidad de invitarnos a una copa de buen vino, con un paquete de "klines" para enjugar nuestras lágrimas. 

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