Es algo maravilloso en nuestra niñez e infancia ese deseo de que nos cuenten cuentos e historias que contribuyan a desarrollar nuestra imaginación. ¿Quién sería aquella viejecita a la que llamaban Marícastaña?, que acumulaba un montón de cuentos que pedíamos a nuestros abuelos que nos con contasen y transmitidos en tiempos de "pan y pimiento".
67 .- CUÉNTAME UNA HISTORIA VIEJA ( I )
Cuéntame una historia vieja
de esas, de muchos enredos,
donde las claras verdades
y las mentiras, al tiempo,
moraban la misma casa,
jugaban al mismo juego,
donde las sonoras risas
y los llantos más discretos
se alternaban sin descanso
en las ruletas del tiempo,
donde las brujas pirujas
y el demonio del averno,
eran sagradas criaturas,
eran piadosos y buenos.
Cuéntame una historia vieja
de esas, de pan y pimiento
de las que a ti te contaban
cuando llegaba el invierno,
en "ca" de Maricastaña,
la ancianita de los cuentos,
o a la lumbre lumbreada
de Mariquilla Sarmiento
que, en una noche nochuna,
se la llevó un viejo viento.
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