MIÉRCOLES, DÍA 18 DE MARZO
UN PAR DE BRAZOS DE GITANOS, ¡QUÉ BUENA PINTA!
Que la política, a veces, te crea enemistades, seguro estoy de ello; sobre todo por la variedad de las personas, que las hay de todas clases; por los intereses que nada debían tener con ella; porque eso de que no llueve siempre a gusto de todos o por lo que es peor, porque nadie es capaz de de hacer llover cuando quiera.
Sin embargo, es justo reconocer que en ocasiones, ella, la política, sirve para que con el tiempo, existan personas que te agradezcan tu tarea con pequeños detalles; en especial, cuando ya no tienes el poder. Dándote cuenta de que estos citados detalles no van buscando ninguna otra contrapartida, no busquen nada o quizás sí, que vuelvas a poseerlo; claro que en este caso todo se estropearía; ya que se podría caer en un círculo vicioso y viciado.
Todo esto viene a mi memoria porque hoy, al llegar a mi casa, me he encontrado, no con uno, sino con dos, para no quedarme con la impresión de que alguien se quedara manco, brazos de esos llamados de gitanos, y la verdad es que no sé ni la razón, ni de quiénes procedían, de momento: lo que como se puede uno imaginar despertó mi gratitud. Más aún, cuando creo que las autoras de los mismos han tenido la ocurrencia de que no se viera el dulce como lo son habitualmente, ya que lo cubrieron con una alargada bandera con los colores verde y blanco.
Gracias y a lo que iba, que dan los que quieren y sin necesidad de pensar en lo que tienen y que en este caso, hasta podrán tener carencias, pero pueden exportar voluntad y generosidad.
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