viernes, 22 de septiembre de 2023

RETAZOS DE UN AÑO, 1989 Y 1990, DÍA A DÍA

                UN EPÍLOGO DE SEIS DÍAS Y FINIQUITADO EL RETO CON UN RECUADRO

                    Casi siempre suele pasar en estos, a uno le cuesta comenzar este tipo de retos y cuando le llega el final, lo que a uno de verdad le cuesta es el dejar de escribir; de ahí este recurso de prolongar sólo por unos días esta aventura y la conclusión de la misma con un sentido homenaje a alguien al que admirábamos muchos y que se nos fue, no podía ser de otra manera, al lugar donde sólo van los escogidos, para estar para siempre con Dios en la Gloria.

DÍA 1 DE ENERO, LUNES

                    BODAS DE PLATA DE UNOS BUENOS Y RECIENTES AMIGOS Y EL OLVIDO DE LA IGLESIA LOCAL

                    El día no se puede decir que se estropeara por la meteorología, ya que viene siendo habitual en estas últimas jornadas anden como locos, e impidió que el ágape transcurriera al aire libre. No conocía la recién comprada finca de Joseli Martín, la que había pertenecido anteriormente a Alberto, de profesión oculta, aunque es de los que difícilmente caería antes o después en la droga, debido a su listeza y que ahora ha construido con la ayuda de la Banca el primer gran hotel de El Viso. Aún no está preparado del todo, pero una vez que se consolide puede ser un lugar atrayente para el turismo, teniendo también la ventaja de su cercanía al Sevilla y en el mismo pueblo, con camino de acceso recién arreglado.
                    El guiso de carne estaba para chuparse los dedos, francamente rico. Ramón e Hilario, sus compadres, se esmeraron en la tarea. Las atenciones que recibimos se prodigaron y pasamos una agradable jornada, que al final por culpa de los anfitriones se enturbió un poco. Guillermo, el de Celia, nos anunció  que se iba antes porque venía al pueblo e Arzobispo y cuando manifestamos, tanto Joseli como yo, que no sabíamos nada acerca de su visita, quedó más que sorprendido de que no nos hubieran invitado, no por el hecho de ser José Calabuig, sino por lo de ser Alcalde y Joseli, miembro de la Corporación Municipal.
                    Ante esta metedura de pata se marchó más rápido, para tratar de solucionar semejante desaguisado. Posteriormente, a Adela le entraron deseos de asistir a la visita y regresamos a casa con el fin de arreglarse algo, y al llegar a ella nos encontramos con el melli  había recibido un aviso del párroco, para invitarnos al acto. No me agradó el hecho y acompañé a Adela a la Iglesia y me volví, yo solo, a casa de mi hermano Clemente y de Rosa.
                    No creo que sean descuidos con intención, sino falta de hábitos correctos relacionados con el protocolo; pero es que es la segunda vez que me ocurre un hecho de este tipo. ¿Será por aquello de separar lo religioso de lo político? ¿Será por evitar protagonismos ajenas? ¿Será por la creencia de algunos de que las instituciones públicas sólo están para ser centro de peticiones? ¿Será porque en estos momentos no les somos necesarios? Será por lo que sea, ellos sabrán, y sin intención de ir donde no me invitan, me cayó mal el asunto.            

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