CELEBRACIÓN
Capítulo Tercero
Dos muy queridos personajes, dos muy especiales hadas, Martina y Alejandra, en sus papeles de jovencísimas “Maestras de Ceremonias”, tomaron la palabra para regalárnosla envuelta en gratificantes sentimientos, en clara pureza de ingenuos corazones. Con arte y sobrado desparpajo nos invitaron a contestar a oportunas preguntas y a leer compromisos de futura convivencia.
Los anillos, portados por Valentina y su inseparable prima Ángela, ocuparon en nuestras manos su lugar correspondiente en los dedos anulares.
Ángel, como de costumbre en su papel de ángel poseedor de una fácil y afectiva palabra, ganada a pulso y con esfuerzo en sus estudios de periodismo, nos emocionó con una breve elocución de exaltación de nuestros valores como padres. Llegando, como en otras muchas ocasiones, a lo más hondo de nosotros y de los presentes. Dios le conserve, por siempre, este preciado don. Y por último el Gran Maestre, Pepe, el de las grandes ceremonias, el del rango adquirido en los años que ejerció de Alcalde Mayor del reino visueño, intervino para cerrar con broche de oro nuestro casamiento y confirmar ante los presentes la legalidad de nuestras BODAS DE ORO.
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