viernes, 25 de agosto de 2023

UN AÑO ANTES DE LAS BODAS DE ORO (CELEBRACIÓN)

 

Sábado, 25 de mayo de 2019.

            LA CELEBRACIÓN, UN EPÍLOGO CON MAYÚSCULAS Y LETRAS DE ORO

                            NUNCA SABREMOS SI MERECÍAMOS TANTO BUENO

                                                                 ¡GRACIAS!

                            CRÓNICA DE UNAS BODAS DE ORO CELEBRADA EN LOS ALCORES DEL VISO EN EL CORRIENTE AÑO DE MMIXX.

                                                              Capítulo primo

                    Doña Sorpresa, prima hermana de Doña Fortuna, un 25 de mayo de 2019, se desposó con Don Estupor, para hacer más grata e inolvidable las BODAS DE ORO de Rosa y Clemente, lugareños muy queridos por estos predios. Doña sorpresa, señorona de mucho cuidado, embaucadora doncella, inventora sin límites de lo mucho y de lo poco, vestida con sus mejores galas, no se anduvo con miramientos y con recatos, a la hora de sorprender a tirios y troyanos, escogidos asistentes a la celebración de las Bodas de oro de los citados visueños. Don Estupor, caballero de porte celestial, de limitadas apariciones públicas, ataviado con escogida vestimenta, tampoco dudó a la hora de derrochar felicidades y parabienes para todos.


                    Contando con Doña Sorpresa y con Don Estupor, favoritos de Doña Fortuna, nuestras BODAS DE OROS, no podían salir mal, no podían transcurrir como algo corriente, tenían, por obligación, que salir bien y pasar como algo muy especial, en el reino de los sumamente agradecidos.


                    Doña Sorpresa, compinchada hasta la médula con unos pocos de los nuestros, capitaneados por la incipiente escritora Estela, organizadores del evento, se dejó llevar, sin cortapisas, hasta cotas elevadas de emotivos momentos, de engrandecidos mutuos afectos, de placenteros instantes y, sobre todo, de felices recorridos por estancias de suma felicidad. Mientras Don Estupor, se mesaba con deleite las barbas, satisfecho de sus éxitos y de su señoría.


                    Nos negaron el pan y la sal, de lo organizado; el agua bendita de lo por pasar. No sabíamos nada de los por venir, de lo que nos esperaba (todo bueno, por supuesto) Las complicidades y los secretos estuvieron por encima de los posibles “escapes” y “delates”. Así que cuando el coche de nuestro sobrino Diego se detuvo, a, las puertas del “Palacio de los Antonio”, empezó nuestro dulce caminar por los caminos marcados por Doña Sorpresa y los nuestros. A los primeros vítores y carreras de los infantes, siguieron los aplausos y vivas de los mayores.


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