miércoles, 19 de octubre de 2022

UN AÑO ANTES DE LAS BODAS DE ORO

Miércoles, 11 de Julio de 2018

A 3167 días de las BODAS DE ORO

                LA PRIMERA AVANZADILLA DE LLEGADA A COSTA BALLENA

                    Los primeros en llegar a nuestro modesto santuario roteño fuimos Rosa y yo, escoltados por los tres nietos de Diego y Silvia, Alejandra, Diego y Valentina. Los recogimos en casa de sus abuelos maternos, Juanlu y Gracia, cargados de ilusiones y de deseos de pasarlo muy bien. Durante el viaje se portaron estupendamente, mucho mejor de lo que esperábamos nosotros. Durante el mismo jugamos a todo lo que se nos ocurría, con el fin de hacerlo más pasajero, menos pesado. Nos reímos con las ocurrencias de Valentina en el juego del “veo, veo”.

                    Primera tarea a realizar, acomodo y colocación de las ropas en sus correspondientes armarios y, a continuación, comida y descanso, y a esperar la llegada de los primos Martina y Clemente.

                    Como viene siendo habitual, el encuentro de los primos es para recogerlo en imágenes, largos abrazos y repetidos gritos y besos. Es una alegría contemplar dichos momentos. Bien entrada la tarde, Estela se presentó en el apartamento después de haber encontrado, con fortuna, un buen aparcamiento en la cercanía de nuestro bloque. Acomodación sin problema de los nuevos inquilinos y ordenamiento de los equipajes.

                    Durante la cena a Estela se le ocurrió la feliz idea de crear un sistema de puntos para la gente menuda, como método de controlar el comportamiento de los mismos. El listado de los méritos merecedores de puntos y el de deméritos propicios para restar puntos, fueron aceptados por todos, y el premio final era montarse en los “cacharritos” tantas veces como puntos conseguidos, cuanto más, más veces. Desde los primeros momentos, el sistema dio sus frutos y los mayores no pudimos evitar reírnos con las ocurrencias de los implicados y felicitar a la inventora del sistema. Recogieron la mesa después de la cena, se pusieron sin ayuda los pijamas, se limpiaron los dientes, se conformaron con la hora de ir a la cama, rezaron antes de dormirse y no olvidaron despedirse de los mayores con numerosos besos y el remate del tomate fue que uno de ellos (Clemen) hasta nos levantó la sábana a alguno de los mayores. La primera remesa de puntos voló en cantidad para alegría de los nietos que ya se veían montados en más de un cacharrito.




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