CUENTOS NUEVOS DE NUEVOS ABUELOS

NÁQUERA   (V)

        Alguien se acerca al lugar
donde me encuentro sentado,
es Pura, la dulce dueña
del chalet lleno de encantos
y cuando la ve la ardilla
de allí escapa dando saltos,
señalándome la dama,
con su habitual agrado,
que parecía desde lejos
que conmigo estaba hablando.
         Yo le sonrío como siempre,
con rapidez me levanto
y me ofrezco en compañía
para el suyo paseo diario,
que acepta con gran placer,
pues disfruta conversando,
aprovechando el andar,
de lo divino y lo humano.
Como charlamos de todo,
de los temas más variados,
aprovecho la ocasión
para preguntar con tacto
si existen en esta zona
camaleones y lagartos,
señalándome sin dudas
que no es fácil encontrarlos,
que ha poco vio un camaleón,
cosa rara en muchos años,
y jamás en su existencia
se topó con un lagarto,
más bien es lugar de ardillas
que te miran con descaro
y que como pude ver
ya lo tienes comprobado.

           Nuevamente le sonreí

y ella me devolvió el trato,
indicándome que aquel
camaleón, bicho bien extraño,
lo mismo que apareció
fue borrado en corto espacio,
o quizás yo no lo viera
por su arte para los cambios
y porque para mí, nunca
fuera animalito grato,
al igual que las personas
que andan siempre chaqueteando.

           Y en esta conversación

por grillos le he preguntado,
diciéndome que a montones
allí pudiera encontrarlos,
sobre todo en el estío
cuando rey se hace el solano
y comienzan el concierto
de su monótono canto,
astutos como los zorros
cuando tú lo andas buscando,
pues notando tu presencia
permanecen bien callados,
mas cuando de allí te ausentas
su cri-cri estarán lanzando.

                                                    El Viso del Alcor, 20 de Mayo de 2025