206 .- UN CHAPUCERO PARA LA GLORIA
CAPÍTULO NOVENO
Donde puede contemplarse
maquinaria muy compleja,
con bastantes cachivaches
y con piezas asaz viejas,
dotada con colores vivos
de innumerables poleas
que hacen subir y bajar
las más diferentes pesas,
que en ocasiones chirrían
como lastimosa queja,
lo que al Chapuza no agrada
y hace mover su cabeza.
Con muchísima atención
observa todas las piezas,
incluso toca con mimo
las que parecen más viejas,
dirigiéndoles palabras
como si vida tuvieran.
Hablando consigo mismo,
con preguntas y respuestas,
va desgranando, sin prisas,
problemas y más problemas,
que pudieran ser la causa
de que el Cielo no tuviera,
como el mismo Dios lo manda
la más digna de las Puertas.
Van pasando los minutos
y muchas horas enteras,´
las horas hácense días
y los meses también llegan,
sin que el gran chapucero
supiera dar con la tecla.
por el otro desarregla,
las piezas que cambia un día,
otro debe reponerla,
tan pronto le sonríe el éxito,
como el viento se lo lleva.
San Pablo, como buen santo,
nunca jamás desespera,
San Pedro sigue ocupado
con asuntos de la Iglesia,
el uno espera en el Cielo,
el otro mora en la Tierra,
mientras el Chapu camina
por el filo de la cuerda,
es la primera vez que algo
tanto, se le resistiera
y ahora corre el peligro,
si la solución no encuentra,
que con todito su equipo
en el infierno cayera,
fracasado, más que muerto
y con el rabo entre las piernas.
El Viso del Alcor, 13 de Junio de 2024
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