miércoles, 10 de octubre de 2018

Al rescate de Calabuig 2



Sábado, 16 de junio de 2018.
A 342 días…

LAS FIESTAS DE FIN DE CURSO EN LOS COLEGIOS

     Ayer, por mandato de obligado cumplimiento como abuelo, me vi en la ineludible y más que forzosa asistencia a la Fiesta de Fin de Curso del Colegio Albaicín, donde “militan” mis queridos nietos Martina y Clemen.

     Mucho han cambiado éstas, desde que uno, con bastantes años menos, se encontraba inmerso en las tareas organizadoras de dichas fiestas escolares. Los cambios no suponen mejoría, los cambios  no presuponen adelanto educativo.

     Desde la insalvable subjetividad personal trataré de explicar los cambios más significativos producidos en este tipo de festejo escolar.

     El primero y de los más importantes lo constituye el  hecho de la no implicación de todos los sectores colegiales, profesorado, padres y alumnos. El profesorado, en la actualidad, brilla por su ausencia y, en la mayoría de los casos, ni asiste siquiera al evento. Lamentable pero cierto.

     Las Fiestas ganaron en medios, el sonido y la iluminación  crecieron, a la par que se producía una gran pérdida de originalidad y variedad en las actuaciones. Hoy, la celebración queda reducida a una única serie de aburridos, monótonos y repetidos bailes de todos los cursos del centro y, como colofón, unas palabras de despedida a los alumnos del último curso con la entrega de diploma y beca. Antaño, había variedad en las intervenciones. Actuaciones de grupos y de solistas en directo y en “pleiba”, representaciones teatrales, recitaciones, etc.

     Otro cambio importante en los últimos años es la desaparición de los padres en la explotación de la barra, cuyos beneficios eran destinados principalmente a los viajes de fin de curso. En esta última los explotadores de la barra pertenecían a una Hermandad de Penitencia de la localidad.

     Sacar del  Colegio la Fiesta puede ser un acierto que choca con el inconveniente de que son muchos los centros escolares y algunos se verán perjudicados a la hora de escoger día.


     Al margen de las consideraciones anteriores  que nunca deben ser interpretadas como críticas negativas, los padres y los abuelos, espectadores agradecidos, disfrutaron en tiempos pasados y disfrutan en los tiempos presentes con las actuaciones de sus vástagos menores.



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